Hacía ya tiempo que no volvía al ataque con mis adoradas alitas, así que aquí os traigo una nueva receta. Podría parecer que por sus ingredientes se parece a las alitas al estilo asiático que colgué hace un tiempo, pero lo cierto es que el sabor es totalmente diferente (y el resultado, porque las otras son guisadas, y éstas son asadas).
La clave está en el tiempo de maceración, cuantas más horas las dejéis en el adobo, más sabor tendrán después. Por cierto, las llamo «alitas laqueadas» porque el color que adquieren es el mismo que el del famoso del pato laqueado…pero nada que ver.
Espero que las disfrutéis, 20 minutos de hacer la foto que veis, desaparecieron sin dejar rastro… 🙂
Ingredientes para 4 personas:
– 600 gr. de alitas
– El zumo de un limón
– 8 cucharadas de miel
– 1/2 copa de salsa de soja
– 1 huevo
– Sal y pimienta (mejor si es blanca)
Dificultad: Muy fácil
Precio: 6€
Tiempo: 30 minutos (más el tiempo de maceración).
Preparación:
En un cuenco ponemos la miel (sed generosos con ella, si hacen falta 10 cucharadas en lugar de 8, pues se ponen 10), la soja, el zumo de limón y un poco de pimienta blanca en polvo (también se le puede añadir cebolla molida, a gusto del consumidor). A continuación colocamos las alitas sobre la mezcla y removemos hasta que se impregnen bien con la mezcla.
Lo llevamos a la nevera y dejamos que macere unas cuantas horas (si lo hacéis por la noche para tomar al día siguiente, es perfecto). De vez en cuando conviene remover las alitas, para que se maceren todas por partes iguales.
Cuando vayamos a prepararlas, calentamos el horno a 200 grados, y mientras adquiere temperatura, batimos un huevo y pasamos por él las alitas. Las colocamos en una bandeja sobre papel de horno (así es más fácil despegarlas y no ensuciamos nada) e introducimos durante unos 20 minutos. Podéis pintar las alitas a media cocción con un poquito de salsa de la maceración…
¡Y a la mesa, cuidado que queman!
Esas alitas tienen una pinta estupenda y con la salsa deben estar para no parar de comer. Saludos.
La verdad, están muy ricas, y se hacen en un segundo… ¡ya me contarás! 🙂