Os voy a contar un secreto, yo soy de las que se atreve mucho con los bizcochos, pero luego llegan las galletas, y me entra canguelo… ¿Por qué? Ni idea, pero es así, de hecho, si repasáis las recetas de este blog veréis que galletas hay más bien poquitas.
En fin, que una que tiene instinto de superación, ha decidido ponerse manos a la obra, y qué mejor que empezar por estas galletas con pepitas de chocolate, que no tienen ninguna ciencia y están de vicio.
Las hice el otro día, salieron casi 50, y a las 24 horas no quedaba ni la sombra… ¡buenísimas! Son una mezcla entre pastas y cookies, y desde luego con un buen té, son un triunfo seguro. Creo que le veo futuro al mundo-galleta, ¡tiembla Cuétara, jajajaja!
Ingredientes para 48 galletas (aproximadamente):
– 1 huevo hermoso
– 100 gr. de azúcar moreno
– 80 gr. de azucar glas
– 120 gr. de mantequilla
– 220 gr. de harina de repostería
– 1 cucharada de levadura
– un puñado de pepitas de chocolate (en mi caso, compré unas de chocolate y menta en Taste of America… ¡¡os las recomiendo, que buenísimas están!!)
– 1 minúsculo pellizco de sal
Dificultad: Fácil
Precio: 9€
Tiempo: 45 minutos
Preparación:
Lo primero que hay que hacer es templar la mantequilla para que nos sirva de base de la masa. Para ello la ponemos en el vaso y programamos 4 minutos a 100º, velocidad cuchara. Reservamos. Ponemos ahora la mariposa e introducimos los dos azúcares, el pellizquito de sal y el huevo. Programamos 1 minuto a velocidad 3.
A continuación agregamos la mantequilla y lo mezclamos todo sin tiempo fijo. Seguimos añadiendo la harina poco a poco hasta que veamos que se forma una masa homogénea.
Retiramos la masa del vaso, la colocamos en un bowl y agregamos las pepitas de chocolate, mezclándolas con las manos directamente. Tapamos el cuenco con papel film y dejamos reposar media hora en la nevera.
En ese tiempo, precalentaremos el horno a 180º. Cuando pase la media hora, enharinamos una superficie lisa y plana y estiramos la masa sobre ella con un rodillo. Es importante que la masa se quede con un grosor de menos de un centímetro, y que el diámetro sea aproximadamente como el de una pelota de golf, para que los tiempos que voy a dar de horno se ajusten y no se queden crudas ni se quemen. Elegimos el corta pastas que más nos guste (el mío tiene forma de sol) y procedemos a ir cortando galletitas.
Las colocamos ordenadamente en una fuente de horno sobre la que hemos puesto papel vegetal (hay que dejar un poco de espacio entre ellas para que no se peguen al crecer con el calor) y las introducimos en el horno unos 10 minutos (cuando se empieza a tostar la superfice, están listas).
Ya sólo queda dejar que se enfríen un poquito e invitar a los amigos a merendar… ¡¡que aproveche!!