Recuerdo que cuando empecé a estudiar periodismo, los profesores de redacción se echaban las manos a la cabeza al ver la prosa florida que traíamos todos… Su labor principal fue librarnos de tal cantidad de adjetivos y frases largas, todo estorba a la hora de comunicar. Pues con esta receta pasa un poco lo mismo, a mi me encanta preparar el pollo con mil ingredientes y especias, y cuando llegué a Le Cordon Bleu me obligaron a buscar la esencia del pollo en una receta extremadamente sencilla, pero deliciosa.
Hoy no os traigo esa receta, porque no voy a bridar el pollo ni a seguir exactamente los pasos de la escuela, pero os voy a dar una receta de pollo asado en la crockpot que se le parece bastante. Realmente sería una mezcla entre la receta de Le Cordon Bleu y la de mi madre, ¡jajajaja! Espero que os guste porque es deliciosa y muy sencilla, ¡triunfareis seguro!
Ingredientes para 4-6 personas:
– 1 pollo eviscerado de alrededor de 1,5 kg
– 250 gr. de patatas baby especial para guarnición
– 1/2 cebolla en rodajas
– 1 limón
– 1 chorro de aceite de oliva virgen extra
– Romero, tomillo, pimienta y sal
– 1 chorro de vino blanco (opcional)
Nivel: Muy fácil
Precio: 6€
Tiempo: 7 horas (aprox)
Preparación:
Si sabéis un poco de ollas lentas os habréis dado cuenta de que ese color en el pollo es difícil de obtener con ellas. Las carnes quedan totalmente tiernas, pero un poco pálidas, a no ser que primeramente las doremos en una cazuela o hagamos lo que os voy a contar ahora, que es terminar la receta en el horno.
Empezamos haciendo una cama en el recipiente de la crockpot con las rodajas de cebolla y las patatas baby. Colocamos el pollo sobre ellas, y regamos con el zumo de limón por dentro y por fuera. Introducimos una de las mitades del limón en la cavidad del ave, y la otra la ponemos también en el interior de la olla. Pintamos el pollo con aceite de oliva (yo lo hago a mano, le doy un buen masaje 😉 ) y finalmente terminamos espolvoreando con las especias y la sal generosamente. Cubrimos y programamos la crockpot durante seis horas en low.
Cuando termine este tiempo, sacamos la olla de la crockpot y la llevamos al horno, precalentado a 200º. En este momento es donde podemos añadir el vino si nos apetece, o un poco de agua si vemos que el pollo no ha soltado suficiente jugo en la olla, para que no se nos queme en el horno. Si vuestra crockpot no tiene la olla extraíble, o si no es de gres, como la mía, entonces deberéis poner todos los ingredientes en una rustidera (moraleja, si estáis pensando en compraros una olla lenta, buscadla con recipiente de gres, que le vais a dar mucho uso y es muy práctico).
A los 20 minutos aproximadamente, la salsa habrá tomado un poco más de cuerpo y el pollo estará doradito y listo para llevar a la mesa. Se queda tan tierno que es fácil que se desmorone con tocarlo (a mi me pasó cuando fui a hacer la foto, de ahí el agujerito que se ve en la pechuga).
Es como el pollo de toda la vida, pero extremadamente jugoso y con una guarnición de lujo, os vais a chupar los dedos 😉 .