No sé si se nota que últimamente me tira mucho el dulce, pero no lo puedo evitar. Si el bizcocho de mantequilla estaba bueno, tenéis que probar estas magdalenas de yogur, ¡buenísimas y muy fáciles de preparar!
Además, esta vez tuve la suerte de probar un artilugio estupendo que me enviaron desde Gearbest, es una jarra con asa, que deja que caiga la cantidad justa de masa cuando la aprietas. Se lava fácilmente en el lavavajillas, tiene medidor para controlar la cantidad de masa que viertes, y es súper limpio, no se cae ni una gota fuera de sitio (y es menos engorrosa que una manga pastelera, debo decir). Si sois un poco patos rellenando moldes pequeños, o haciendo galletas, os lo recomiendo 😉
En fin, al lío, esta receta es perfecta cuando queréis hacer magdalenas en poco tiempo y no liaros mucho con la masa… en mi casa ya quedan pocas, ¡¡y las hice ayer por la noche!! 😉
Ingredientes para 12 magdalenas:
- 250 gramos de harina con levadura (yo la compro en Taste of America, si no, podéis usar harina para bizcochos y añadir un sobrecito de levadura química)
- 3 huevos
- 1 yogur
- 130 gramos de azúcar
- 60 gramos de aceite de girasol
- 1 pellizco de sal
Dificultad: Nula
Precio: 4€
Tiempo: 25 minutos aprox.
Preparación:
Precalentamos el horno a 220º.
Ponemos en el vaso los huevos, el aceite, el azúcar y el yogur, y los mezclamos durante 30 segundos a velocidad 5.
Añadimos la harina y la sal y volvemos a mezclar durante unos 20 segundos a velocidad 4.
Introducimos la masa en la jarra dosificadora y vamos rellenando los moldes de papel (que a su vez estarán dentro de moles de silicona para no perder la forma con el calor). Es conveniente no llenarlas hasta arriba del todo, dejamos medio dedo hasta el tope.
Introducimos en el horno y bajamos la temperatura a 180º, a los 20 minutos deberían estar listas (debemos vigilar que estén doraditas por arriba y que no se quemen).
¡¡Listas para llevar a la mesa!! Yo les puse un pellizco de azúcar justo antes de introducirlas en el horno para que se les forme un «copete» o corona crujientita en la superficie… ¡a disfrutar!