Esta receta, antes de nada, debo decir que es de mi suegro (sí, es un gran cocinero y hay más recetas en este blog que son suyas, como el matambre arrollado o la merluza al horno ;)). Se trata de un tajín de cordero, pero adaptando la receta a una cazuela tipo cocotte (no tiene un horno tajín tradicional). Es una receta muy rica, que cunde un montón, y que fue un estupendo plato único para una cocina familiar. Dificultad, poca, pero hay que echarle tiempo y cariño 😉
Ingredientes para 6 personas:
- 1 kg de cordero deshuesado cortado en trocitos
- 2 cebollas medianas
- 1 puñado de ciruelas pasas
- 1 rama de canela
- 1 puñadito de almendras salteadas
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 1 cucharadita de azafrán
- 3 cucharadas de miel
- 1 cucharada de agua de azahar
- 3 vasos de caldo de carne
- Sal y pimienta
- 1 chorrito de zumo de limón
- 1 chorrito de aceite de oliva
Dificultad: Fácil
Tiempo: 3 horas
Precio: 20€
Preparación:
Picamos finamente las cebollas, y las doramos con el aceite de oliva en la cocotte, a fuego medio-bajo. Añadimos la pimienta, el azafrán, la sal y la pimienta, removemos unos segundos, e inmediatamente agregamos la carne de cordero. Rehogamos y removemos bien durante 5 minutos aproximadamente, y añadimos el palito de canela.
Es el turno de incorporar el caldo y la miel. Dejamos a fuego medio durante unas dos horas, destapado durante la última media hora más o menos, para que se compacte un poco la salsa. Agregamos las ciruelas y las almendras, y al cabo de un par de minutos separamos el líquido de la carne.
Reservamos el cordero, y mientras, en la cocotte, ponemos el agua de azahar y subimos el fuego para reducir un poco la salsa, hasta que sea brillante y con la textura de un caramelo líquido.
Volvemos a incorporar la carne, integramos bien con la salsa, y llevamos a la mesa. El acompañamiento típico es un buen cus-cús, pero quien prefiera unas verduras asadas, una ensalada, puré… en fin, a gusto del consumidor… ¡a disfrutar!