Pues parece que últimamente me ha dado por los arroces… la verdad, es una opción perfecta para preparar algo bueno y rápido para toda la familia, o incluso para recibir invitados. Lo más importante, prepararlo con cariño y con un buen caldo de base, no tiene mucho misterio más. Admite todo tipo de variaciones, así que es muy socorrido para aprovechar lo que tengamos en la nevera.
Esta receta la he sacado del libro «Platos únicos» de la editorial Parragón, tiene bastantes buenas ideas para el día a día y tiene un precio muy asequible.
Ingredientes para 4 personas:
- 300 gr de arroz
- 100 ml de vino blanco
- 800-1000 ml de caldo de carne
- 4 filetes de pollo cortados en tiras
- 1 cebolleta grande
- unas hebras de azafrán
- Parmesano rallado (50-100 gr)
- Sal y pimienta
- 80 gr de mantequilla
Dificultad: Fácil
Tiempo: 30 min
Precio: 9€
Preparación:
Fundimos la mantequilla en una cazuela y sofreímos en ella el pollo en tiras y la cebolleta picada. Agregaremos entonces el arroz, y removeremos bien durante un par de minutos, hasta que el arroz se quede transparente.
Calentamos bien el caldo y añadimos un par de cacitos, removiendo suavemente. Cuando se evapore, agregamos el vino, la sal y la pimienta y las hebras de azafrán. Repetimos la operación y volvemos a añadir caldo según el arroz lo vaya absorbiendo. Al cabo de unos 20 minutos, ponemos la mitad del queso rallado, removemos bien y dejamos reposar unos cinco minutos (el risotto debe quedar un poco meloso, no totalmente seco).
Lo llevamos a la mesa y terminamos espolvoreando el resto del queso en la superficie… ¡y a disfrutar!