Increíble lo rápido que pasa el tiempo, ya estamos en un nuevo año, y a mi me parece que ayer todavía era verano… En fin, lo bueno es que a este ritmo, dentro de nada estaré otra vez de vacaciones, ¡jejejeje! Ayer pasamos el fin de año junto a mi familia política, fue muy divertido y cada uno llevó algo diferente para la cena. Yo preparé un consomé muy rico, una de mis cuñadas hizo una ensalada fantástica que ya subiré al blog en el futuro, y el postre… mmmmmmmmmm, el postre corrió a cargo de otra de mis cuñadas, Toia, que hizo una tarta de Guinness espectacular.
Me gustó tanto, que le pedí permiso para subir una foto de la tarta y le pedí la receta, y como es más maja que las pesetas, me dijo que sin problema, que adelante. Así que hoy os traigo un capricho muy dulce y delicioso, y que además tiene una presentación estupenda. Si tenéis comida en casa, un cumpleaños, etc, es una opción buenísima, y si os quedan sobras no os preocupéis, al día siguiente está incluso mejor que recién salida del horno.
Ingredientes para una tarta de 12 raciones:
- 1 lata de 250ml de Guinness
- 250 gr de mantequilla
- 80 gr de cacao en polvo
- 450 gr de azúcar glass
- 2 huevos grandes
- 300 ml de nata
- 1 chorrito de limón
- 270 gr de harina
- 2 cucharadas de bicarbonato
- 300 gr de queso crema tipo philadelphia
Dificultad: Fácil
Precio: 9€
Tiempo: 1 hora aprox.
Preparación:
En primer lugar, derretimos la mantequilla junto a la cerveza en un cazo grande, y a continuación, añadiremos el azúcar (300 gr, el resto lo guardamos para la cobertura) y el cacao. En un bowl, batimos la nata y el zumo de limón, con los huevos y la vainilla, e incorporamos esta mezcla en la cazuela, removiendo bien.
Ahora solo faltaría añadir la harina y las dos cucharadas de bicarbonato. Hacemos un poco de brazo, e integramos todo hasta que se convierte en una masa suave y un poco líquida (debe tener la textura de un jarabe bien espeso).
Engrasamos un molde redondo para bizcochos y vertemos en él la masa, que llevaremos al horno (precalentado a 190º) durante unos 45 minutos (para estar seguros de que está bien hecho, podemos pinchar la masa con una aguja de calceta o de cocina y si al sacarla está seca, estará listo para sacar del horno, si sale húmeda o con algo de masa pegada, es que todavía está un poco cruda y necesita unos minutos más de calor).
Una vez listo el bizcocho, dejamos que se enfríe y mientras, preparamos la cobertura. Es muy sencillo, solo tenemos que batir bien el queso con el resto de azúcar glass hasta que se forme una masa cremosa y suave (si por casualidad se queda un poco duro, podemos agregar un poquito de leche o nata a la mezcla para darle más movimiento, pero la cobertura debe ser firme y no gotear, así que es mejor no pasarse).
Ya solo nos queda desmoldar el bizcocho y ponerle la crema de queso y azúcar por encima (con generosidad, que quede una buena capa). Podemos terminar de decorar con granada, cacaco, canela… lo que más os guste, es una tarta súper-vistosa y bueníiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima.