Cada vez que viajo, intento ir a un mercado local para comprar productos autóctonos, sobre todo especias, que son mi debilidad. Y cuando no viajo yo, pero lo hace algún miembro de mi familia, les pido que me traigan algo típico que hayan probado… y de aquí viene esta receta. Hace unos meses mis suegros fueron a Egipto y volvieron con una mezcla de especias, que son algo así como Ras el Hanout pero que no pica absolutamente nada… lo tomaremos como base para preparar el plato, y si tampoco tenéis, usad pimentón, comino, clavo, cardamomo, nuez moscada, canela… La verdad es que he estado buscando los componentes «originales» y las mezclas son muy diversas, así que si no encontráis Ras el Hanout, probad con las que os he enumerado, que seguro que os sale rico, rico 🙂
Vamos allá con la receta:
Ingredientes para 4 personas:
- 500 gr de pollo en trocitos
- 1 cebolla dulce
- 1 tomate rallado
- 300 gr de arroz bomba
- 30 ml de aceite de oliva virgen
- 3 cucharadas de Ras el hanout (o la mezcla de especias que más os guste)
- 1 cubito de caldo de pollo
- 800 ml de agua
- Sal y pimienta
Dificultad: Fácil
Tiempo: 35 minutos
Precio: 8€
Preparación:
Ponemos en una cazuela el aceite de oliva y lo calentamos a fuego medio. Añadimos el pollo y lo doramos lentamente, y mientras, picamos la cebolla lo más finamente posible. Agregamos también la cebolla, y mientras se pocha con el pollo, rallamos el tomate. Lo incorporamos en el guiso, y lo dejamos un par de minutos.
Es el turno ahora de poner el arroz junto al sofrito. Dejamos que se impregne bien, removiendo lentamente, y por último ponemos las especias. Removemos de nuevo, y entonces agregaremos el agua y el cubito de caldo.
Normalmente, a fuego medio, en 20 minutos tendremos un arroz entre seco y meloso con esta cantidad de agua, pero hay que vigilar y remover de vez en cuando, para que no se nos quede seco, o se nos pueda pegar en el fondo de la cazuela. Si veis que es necesario añadir más agua, pues se añade 😉
Cuando el arroz esté firme, pero ya bien cocido, apagamos el fuego y dejamos reposar un minutito (no más, que se nos pasa). Listo para emplatar y darnos un lujo exótico, ¡que aproveche!