Situación: nevera llena de naranjas, marido viajando con frecuencia, hijo que sólo cena en casa y no perdona su yogur de postre… conclusión: soy la única que come fruta en casa, y no soy capaz de acabar sola con todo el arsenal que tenemos… Solución: ¡Confitar naranjas!
No tiene ningún misterio, la receta es idéntica en todos los libros y blogs que he consultado, y se aprovecha tanto la fruta como el almíbar (probad a usarlo en lugar del azúcar… ¡es un vicio!)
Ingredientes para un bote grande:
– 3 naranjas
– 250 gr. de agua
– 500 gr. de azúcar
– 4 clavos de olor
Dificultad: Muy fácil
Precio: 4€
Tiempo: 2 horas
Preparación:
En primer lugar, es necesario limpiar muy, muy bien la piel de las naranjas para eliminar toda la suciedad y restos de productos químicos que puedan tener (yo usé un estropajo limpio, pero también se puede usar un cepillo de dientes o similares).
Una vez limpias, cortamos en rodajitas finas las naranjas, y las ponemos 3-4 minutos en agua hirviendo. Repetimos la operación 3 veces (es necesario para quitarle el amargor a la parte blanca de la fruta).
Cuando las rodajas estén bien escaldadas, mezclamos el azúcar con el agua en una olla, y cuando esté disuelto y rompa a hervir la mezcla, añadimos las naranjas. Las hervimos a fuego lento hasta que el almíbar tenga una buena consistencia (yo añado también unos cuantos clavos de olor).
Dejamos que se enfríe, y ya podemos guardarlas en un tarro, o bien secarlas en la rejilla del horno y guardarlas en el congelador, por ejemplo… (si las cubrimos con chocolate fundido… ¡¡Desaparecerán en un segundo!!)
Ayer se las vi también a Ana (Cocina con Ana) y la verdad es que dan unas ganas de hincarles el diente!
Me gusta tu idea de ponerle clavo.
Besos.