Estamos en fechas especiales, y me apetecía traeros una receta que sirviera para una cena familiar, pero que tuviera un puntito original e innovador. Esta ensalada tiene todo para triunfar, tiene marisquito, es ligera, fácil de preparar y es de lo más vistosa. Probad a hacerla en lugar del típico cóctel de langostinos en salsa rosa, y veréis qué exitazo 🙂 .
Ingredientes para 4 personas:
- 1 pepino
- 1 aguacate
- 100 gr. de hojas de espinaca crudas y lavadas
- 600 gr. de langostinos (si son pelados, con 400 gr. es suficiente). Es mejor si están crudos, pero podemos usarlos cocidos también.
- 20 gr. de cacachuetes pelados
- 1 cucharada de cebollino picado (mejor fresco)
- 1 limón
- 1 sobrecito de pasta de miso (se encuentra con relativa facilidad en grandes superficies y comercios especializados en alimentos del mundo)
- 20 gr. de aceite de girasol
- 1 pellizco de sal
- 1 cucharada de pimentón picante
- 1 pellizco de chile picado
- 1 cucharadita de sirope de agave
- 2 dientes de ajo bien picaditos
- 1 cucharada de jengibre fresco rallado
- 1 dado de mantequilla
Dificultad: Fácil
Tiempo: 30 minutos
Precio: 12€
Preparación:
En primer lugar, pelamos los langostinos y dejamos solo las colas. Por otro lado, picamos muy bien los dientes de ajo y ponemos la mitad en una sartén junto con la mantequilla a fuego lento (la otra mitad la necesitaremos para el aliño). Cuando el ajo esté empezando a dorarse, agregamos los langostinos, el chile y el pimentón y les damos un par de vueltas, siempre a fuego bajo, hasta que pierdan el color crudo. Retiramos de la sartén sin la grasa y reservamos.
Pelamos el pepino y lo cortamos en cubitos, pelamos el aguacate y lo cortamos en láminas. Empezamos a montar la ensalada con una cama de espinacas, y sobre ellas ocupamos la mitad de la superficie con el pepino y la otra mitad con el aguacate. En el centro colocamos los langostinos, longitudinalmente.
Hacemos el aliño poniendo en un vaso de batidora el otro ajo picado, el zumo de limón, el aceite, el sirope, la sal, medio sobre de pasta de miso (si os gusta más intenso, podéis ponerlo entero) y el jengibre. Emulsionamos hasta que esté uniforme y salseamos.
Ya solo nos queda picar el cebollino y machacar los cacahuetes en un mortero. Espolvoreamos por encima de la ensalada como decoración… ¡y a la mesa! 🙂