Hola a todos,
Hoy os traigo un guiso de cuchara tradicional de la Semana Santa. Se trata del típico Potaje de Vigilia, con garbanzos, bacalao y espinacas, una combinación deliciosa y contundente que es un perfecto plato único, y que os durará varios días en la nevera (normalmente yo preparo una olla grande y después suelo congelar varias raciones para tener siempre listo un buen potaje cuando me apetece ) 😉 .
Lo he preparado de la forma tradicional, por lo que es necesario ser un poco previsor con el tiempo. En mi caso, fueron varias horas de cocción lo que necesitaron los garbanzos para quedar bien tiernos, eso sí, valió totalmente la pena, ¡está buenísimo!
Ingredientes para 8 personas:
- 300 gr. de garbanzos
- 300 gr. de bacalao desalado
- 300 gr. de espinacas
- 100 gr. de tomate triturado
- 1 cebolla grande
- 1 cabeza de ajo y 2 dientes de ajo más
- una cucharada de pimentón dulce, un pellizco de comino, 3 clavos de olor, 2 hojas de laurel
- 1 buen chorro de aceite de oliva virgen
- Agua y sal
Dificultad: Media
Tiempo: 2 horas y 30 minutos aproximadamente
Precio: 12€
Preparación:
Con las legumbres lo principal es comenzar por ponerlas a remojo, así que empezamos dejando los garbanzos en un bowl grande con agua durante al menos 12 horas (yo lo dejo toda la noche). También en este caso es fundamental desalar el bacalao (a no ser que lo hayáis comprado ya fresco). Se pone otro cuenco grande con agua y se deja estar al menos durante una noche, cambiando un par de veces el agua.
Cuando estén listos los garbanzos, empezamos con la receta y los ponemos en una olla con agua (que sobren varios dedos de agua por encima), los ponemos a fuego medio/fuerte y vamos añadiendo a la olla una mitad de la cebolla pelada con los clavos de olor clavados (valga la redundancia), la cabeza de ajo (le quitamos las partes más externas de la piel) y el laurel. Dejamos que vayan cociendo poco a poco, y seguimos con el sofrito.
En una cazuela ponemos un fondo de aceite de oliva y sofreímos la otra mitad de la cebolla y los dos dientes de ajo extras, todo muy picadito. Cuando estén transparentes, agregamos el laurel, el pimentón y el tomate, y los guisamos a fuego medio durante unos 15 minutos.
Cuando esté listo incorporamos las espinacas y removemos durante un par de minutos (se reducirá mucho su volumen, no os preocupéis si al principio abultan mucho).
Vamos probando los garbanzos hasta que estén bien tiernos, y entonces quitamos la cebolla con el clavo y la cabeza de ajo, sacamos un poco del caldo de cocción si hay demasiado (al cabo de un par de horas de hervir, no suele sobrar mucho líquido, pero por si acaso. Yo dejo que haya un par de dedos de agua sobre los garbanzos) y añadimos el sofrito y el bacalao cortadito o desmigado.
Añadimos el comino y removemos ligeramente para integrarlo todo bien (no lo meneéis mucho, que se puede desmigar el pescado), lo dejamos guisar durante unos 5 minutos y ya lo tenemos listo para llevar a la mesa (es conveniente probar de sal al final, porque el bacalao aporta bastante, pero variará en función de cuánto tiempo lleve en remojo, etc).
¡Que aproveche!