Bizcocho de Mantequilla

Cómo preparar un fantástico bizcocho de mantequilla

Receta clásica de bizcocho de mantequilla

Hacía tiempo que no colgaba una nueva receta de bizcochos… Pero entonces desde Cadí me enviaron su mantequilla para que la probara y cuando vi el paquete lo supe… ¿qué es lo mejor que podía preparar con ella? Un bizcocho de mantequilla. Es DELICIOSO, esponjoso y crea una absoluta adicción. Ni que decir que es fundamental usar una buena mantequilla para que quede bueno, y esta me ha sorprendido gratamente, es suave, cremosa y muy poco ácida. Desde que estudié en Le Cordon Bleu (donde la mantequilla era nuestro ingrediente principal en la mayoría de las recetas) me he vuelto muy tiquis-miquis, y de hecho, tengo pendiente hacer un post en el que hago mi particular ranking de mantequillas… la mayoría no están mal, pero madre mía, hay algunas que son lamentables (y con eso, no se puede cocinar… de hecho, no las usaría ni para las tostadas).

En fin, volvamos a nuestro bizcocho… Es uno de mis favoritos en el mundo mundial, y a pesar de ser un poco laborioso, vale la pena de largo. Ah, y antes de que me preguntéis, la receta NO lleva levadura… pero no sabéis lo bien que sube, y el aroma que inunda toda la casa mientras está en el horno. En una palabra, espectacular, palabrita 😉 .

Ingredientes para un bizcocho grande (12-15 raciones aproximadamente):

  • 5 huevos
  • 250 gr de mantequilla
  • 250 gr de harina
  • 270 gramos de azúcar blanco (220 por un lado y 50 por otro)
  • 1 chorrito de licor de café
  • 1 pellizco de sal

Paquete 250 gr de mantequilla Cadí

Dificultad: Media

Tiempo: 1 h 30 minutos

Precio: 5€

Preparación:

Empezamos partiendo en trozos la mantequilla y derritiéndola en un cazo a fuego lento. Cuando se funda, retiramos del fuego y reservamos.

Por otro lado, cascamos los huevos y separamos las yemas de las claras. En un cuenco grande ponemos las yemas, el pellizco de sal y 220 gr de azúcar. Batimos  hasta que aumente de volumen y se espese (blanquear). (Nota: yo lo hice con una batidora manual normal, pero hubiera sido mucho mejor usar una de varillas).

Ahora añadimos a esa mezcla la mantequilla fundida. Lo haremos poco a poco y sin dejar de batir. Puede parecer que es difícil que se integre toda la mezcla, pero perseverad, que se consigue (importante que la mantequilla no esté demasiado caliente, templadita como mucho).

Agregamos entonces la harina tamizada (también es importante tamizar la harina, no seáis vagos, con pasarla por un colador os vale). Lo integramos todo bien (es una masa bastante densa, no os preocupéis) y seguimos con las claras en otro cuenco.

En otro bowl ponemos las claras y 50 gr de azúcar más, y las batimos con varillas hasta que se monten (podemos hacerlo a mano, que así hacemos bíceps, o bien con una batidora eléctrica con varillas…). Cuando estén bien firmes y montadas, las vamos incorporando al cuenco donde está toda la masa, donde añadimos un chorrito de licor también. Lo haremos mezclando con una lengua pastelera, y en movimientos envolventes y circulares, si no lo hacemos así, corremos el riesgo de que se baje el bizcocho.

Ahora solo nos queda enharinar un molde (yo usé uno circular tipo bundt) y rellenar con la masa. Lo llevamos al horno (precalentado a 160º) y lo dejamos durante una hora más o menos (vigilad bien el bizcocho a partir de los 50 minutos, para que no se tueste demasiado).

Lo sacamos del horno, dejamos que se enfríe, y desmoldamos… ya tendremos a toda la familia preguntando por el olorcito, y pidiendo probarlo, así que… ¡a merendar! 🙂